Efecto complementario que se añade a una página, documento o imagen y que está compuesto por un tramado cuyo porcentaje va gradualmente ascendiendo o descendiendo y que se reproduce en uno o en varios colores.
El lápiz es el objeto más elemental, además del papel claro está, para dibujar. Es éste quien mancha el papel y lo pigmenta logrando crear un rastro tras de si conocido como trazo.
El lápiz está formado por una mezcla de grafito natural pulverizado y arcilla horneados a unas temperaturas específicas.
Según la dureza de la mina se emplea una proporción mayor o menor de grafito-arcilla. A mayor arcilla mayor dureza.
Lápices duros: De mina seca, tenaz, a grisacea y algo más estrecha.
Lápices blandos: De mina aceitosa, fragil, oscura y más gruesa.
Dentro de estas dos clasificaciones existe un amplio gradiente de opciones que satisfacen todas las demandas. Desde el lápiz superduro al superblando. Para poder diferenciarlos, además de probarlos sobre el papel y experimentar por nuestra propia piel los diversos tonos que generan, observando la numeración o las letras que llevan impresa en la caña de madera.
Los lápices duros llevan la letra H (hard, duro en inglés) o números altos: 3,4,5,6...
Los lápices blandos, por el contrario, se identifican con la letra B (bold, marcado en inglés) o números bajos 0,1...
Aunque también se pueden encontrar los que mezclan numeros y letras, que siguiendo con el esquema anterior diferencian las diversas durezas:
Los lápices duros vienen definidos por la letra H seguido por un número (cuando más alto más duro): 2H, 3H, 4H, 5H...
Los lápices blandos vienen definidos por la letra B seguido por un número (cuando más alto más blando):2B, 3B, 4B, 5B...
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